LA PELEA ENTRE LA MEDICINA TRADICIONAL Y LA ALTERNATIVA

Se Basan en la corriente holística tomando al paciente en su totalidad. Investigan la causa y no el síntoma de las enfermedades. Se utiliza cada vez más en la Argentina pero no hay estudios serios que las avalen.

Las terapias alternativas ganan adeptos en todo el mundo y la Argentina no es la excepción. Según detalla un informe anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la preocupación sobre los efectos colaterales de los fármacos, el mayor acceso a la información y los cambios en los valores son algunos de los motivos por los que el uso de la medicina no tradicional es cada vez más común.

Entre las más requeridas por los pacientes se encuentran las Flores de Bach, Aromaterapia, Oxigenoterapia, Reiki, Quiropráxia. Estos métodos, a diferencia de la medicina alopática, son holísticos, es decir, que ven al paciente en su totalidad ligado al mundo que lo rodea.

El ejemplo más claro de este auge es la Homeopatía, que aproximadamente 4 millones de personas la utilizan en la Argentina para el tratamiento de sus enfermedades.
La mayoría de las terapias complementarias se centran en la prevención de enfermedades y la búsqueda de su origen y no solamente en el tratamiento de los síntomas. En definitiva se ocupan de encontrar las causas internas y externas que producen el desequilibrio orgánico en los pacientes.

“Los médicos tradicionales se oponen a estas técnicas por ignorancia y no salen de lo que aprendieron en la facultad, de que uno más uno es dos”, aseguró Mariana Vilardi, dueña del centro de estética Calma, donde se realiza oxígeno y aromaterapia, una técnica poco conocida en la Argentina.

El problema radica en que no hay estudios serios ni existen estadísticas oficiales para comprobar la efectividad de estas técnicas complementarias debido al alto costo de los estudios que los fabricantes de medicamentos naturales no pueden afrontar.

Gabriela González es una paciente que complementa la medicina ortodoxa con la alternativa: “Asisto a los médicos pero no tomo los remedios que me dan, porque poseen químicos, y si bien te solucionan el problema te generan otro. Por esto me inclino por lo natural”.

Los tiempos de ocio que tenían los empleados de las empresas son cosa del pasado. En la Argentina, las principales compañías, exigen a los trabajadores a concurrir al menos dos veces por semana a realizar tratamientos de relajación para reducir el stress.

La medicina alternativa no se encuentra oficializada como en otros países donde se practica. Es decir, que es legal, pero no es considerada como una especialidad dentro del ámbito médico.
La no oficialidad hace que se practique casi en secreto, con una escasa difusión mediante la recomendación de los pacientes y esto es utilizado, muchas veces, para el desprestigio por parte de sus detractores.

Gustavo Cataldi, director de la Escuela Homeopática Argentina Dr. Tomás Pablo Paschero, explica que “existe mucho Chantapufismo de gente que dice ser seria y hace cualquier cosa, y esto actúa en menoscabo de la especialidad.

“Sin embargo, esto también ocurre en la medicina tradicional. Hay chantas profesionales que no ejercen la actividad correctamente, pero en esos casos se ataca al médico y no a la alopatía en general como ocurre con la homeopatía”, sentenció.

Sumar no es restar. El crecimiento de las terapias alternativas o complementarias no implica el abandono de la medicina tradicional, ya que como dice el viejo refrán: “Lo que abunda no daña”.

Por Diego Taddeo y Mauro Durand